El infierno en tus ojos. Una revolución que sólo está en nuestras esperanzas no en nuestros actos. Unas pretensiones de cambio que todavía no han llegado a una calle alterada por las contradicciones y por las abstracciones. De los que utilizan esto para defender viejas utopías y de los resolutivos. El paraíso de tus palabras. El éxtasis de aquellos que creen que algo de lo que hacen afectará en el sistema, cuando no ha salido a la calle ni un 1 % de la población total de este país de pretensiones.
El abismo de tus labios. La pasión de los que tienen razón y se sienten impotentes al ver cómo estan sucediendo los días y la calma aparente que acompañará a todos los gritos de ayer.
El abismo de tus labios. La pasión de los que tienen razón y se sienten impotentes al ver cómo estan sucediendo los días y la calma aparente que acompañará a todos los gritos de ayer.
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